María
Lionza es la figura central del Espiritismo Marialioncero, Culto Autóctono
Venezolano a María Lionza.
Similar
a la Santería en Cuba, el Candomblé o Santo Daime en Brasil, es una mezcla
entre el catolicismo y las creencias de los pueblos aborígenes de Venezuela y
africanos.
Es
reverenciada como diosa de la naturaleza, del amor, de la paz, de la fortuna y
de la armonía. Su imagen representa una organización religiosa horizontal,
cambiante, que llega a todos los estratos de la sociedad.
El
culto a María Lionza, no es mas que a la adoración de la divinidad de una Mujer
llamada María Lionza, sincretizada a la imagen de la virgen María, se le llama
Espiritismo -venezolano- para diferenciarlos de la santería practicada también
en Venezuela y traídas por esclavos y otras como el candomble de Brasil. Es
considerado la religión autóctona de Venezuela.
Es
la Reina y máximo escalón de las cortes espirituales venezolanas, por tanto
considerada la máxima autoridad espiritual, después de la santísima trinidad y
la Virgen María Madre de Jesús.
María
Lionza viene a encarnar en América al igual a la diosa Venus, la diosa de la
paz, el amor, la armonía, siempre relacionada con la magia del agua, perfumes,
bosques, montañas.
Misterio
Universal de la feminidad y el amor.
Viene
a representar en el espiritismo venezolano lo que la reina santa Bárbara en la
Religión Santera.
Es
representada sobre una Danta (animal mitológico Venezolano), con las
manos extendidas en donde lleva una Pelvis humana, símbolo de la fertilidad, en
sus pies la danta aplasta unas serpientes símbolos de envidia y egoísmo.
Durante
la Semana Santa y el Día de la Raza (12 de octubre), son numerosas la
peregrinaciones a la montaña de Sorte, la cual se encuentra ubicada cerca de
Chivacoa, en el estado de Yaracuy.
A
este lugar llegan los devotos con el objeto de hacerle todo tipo de peticiones
a María Lionza, las cuales puede ir desde la cura de enfermedades, la solución
de problemas de amor, hasta la obtención de riqueza o poder.
Para
que los favores les sean concedidos, los creyentes eligen un rincón en el
bosque o un recodo en el río, donde construir un altar desde donde invocarla. El
altar en cuestión se decora con fotografías, figuras estatuillas, vasos con ron
o aguardiente, tabacos, cigarrillos en cruz, flores y frutos.
Asimismo,
el altar debe estar presidido por la Reina María Lionza, quien en el mundo del
espiritismo es la "monarca de cuarenta legiones, formadas por diez mil
espíritus cada una".
Al
lado de la Reina, colocan a Guaicaipuro, el cacique que luchó valientemente
contra los conquistadores españoles en el valle de Caracas y que preside la
Corte Indígena; y al otro lado, colocan al Negro Primero, el único negro con
rango de oficial en el ejército de Bolívar, que preside la Corte Negra. Negro
Felipe.
El
culto a María Lionza se remonta al tiempo previo a la llegada de los españoles
a territorio venezolano en el siglo XV. Los indígenas que habitaban lo que hoy
se conoce como el Estado Yaracuy, veneraban a Yara, Diosa de la Naturaleza y
del Amor. De hecho, según algunos lingüistas, el vocablo Yaracauy significa
"lugar de Yara".
De
acuerdo a la descripción que los indígenas hacían de Yara, ésta era una mujer
triste de grandes ojos verdes, pestañas largas y amplias caderas.
Olía
a orquídeas, su sonrisa era dulce y melancólica, los cabellos lisos y largos
hasta la cintura, con tres hermosas flores abiertas tras las orejas.
Según
la leyenda, Yara quien era una hermosa princesa indígena, fue raptada por una
enorme culebra dueña de las lagunas y los ríos, que se enamoró de ella.
Enterados
los espíritus de la montaña de lo hecho por la culebra, decidieron castigarla
haciendo que se hinchara hasta que reventara y muriera. Tras esto, eligieron a
Yara como dueña de las lagunas, ríos y cascadas, madre protectora de la
naturaleza y reina del amor. El mito de Yara sobrevivió a la conquista
española, aunque sufrió algunas modificaciones.
En
este sentido, Yara fue cubierta por la religión católica con el manto de la
virgen cristiana y tomó el nombre de Nuestra Señora María de la Onza del Prado
de Talavera de Nivar. Sin embargo, con el paso del tiempo, sería conocida como
María de la Onza, o sea, María Lionza.
Durante
el gobierno de Marcos Pérez Jiménez se levantó una escultura con la imagen de
“Maria Lionza” sobre una danta, en Caracas.
Está
en la Autopista del Este, justo al lado de la Universidad Central de Venezuela.
Es
madre de la raza mestiza –aborigen con español- haciendo olvidar en el
mestizaje todo orgullo por un lado y el maltrato nativo por el otro logrando la
unió y romance de dos mundos.
La
cultura venezolana a la igual que la de América latina esta formado por la
unión de las razas negra, india y blanca de los españoles.
Ella
es el centro de la triología de máxima jerarquía en las cortes espirituales
venezolanas formada por las tres potencias indias venezolanas conformada por El
Gran Cacique Guaicaipuro -Cacique de Los Caracas y otras tribus que se opuso
férreamente a los españoles-, María Lionza el Negro Felipe –Gran Luchador
durante las guerras de Independencia de Venezuela de España- .
El
culto alcanza su día máximo de celebración el 12 de octubre –día de la raza- en
donde se rinde homenaje al nacimiento de la nueva raza y sus representantes
espirituales las tres potencias, el culto y celebración se extiende a lo largo
y ancho del territorio venezolano e incluso internacionalmente especialmente en
Colombia y en todos aquellos países donde existen colonias venezolanas.
Otra
fecha a destacar son las de Semana Santa donde de las peregrinaciones alcanzan
su punto máximo.
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